1.- Bernardo O´Higgins (1817-1823)
Durante su gobierno se declara la independencia de Chile en Talca y posteriormente gana la Batalla de Maipú en 1818 con la ayuda de su simil argentino José de San Martín.
El Estado se tuvo que endeudar para la financiación de la Primera Escuadra Nacional hacía en Perú
Fue Director Supremo de 1823 a 1826 siendo de tendencia liberal y alcanzó el grado de Capitán General. Durante su gobierno se dictó la Constitución moralista de 1823 que fue impracticable y finalmente derogada en 1826. También se abolió definitivamente la esclavitud, dirigió las campañas destinadas a liberar Chiloé del dominio realista en 1826. En el plano económico, tuvo que enfrentar las dificultades financieras de la Guerra de Independencia, situación que lo llevó a entregar en concesión el monopolio del tabaco a la sociedad comercial Portales y Cea a cambio del pago de la deuda externa del Estado. En un ambiente de alta convulsión política renuncia a su cargo. Renovados análisis historiográficos lo han ido considerando un General que representó los intereses regionales en desmedro del patriciado Mercantil de Santiago.
Fue el primer oficial que alcanzó el grado de contraalmirante en Chile. Fue jefe de la Escuadra Nacional antes de la contratación de Lord Cochrane. También fue el primero que gobernó Chile con el título de Presidente de la República siendo elegido por el Congreso. Su fugaz gobierno de dos meses estuvo caracterizado por el dominio del sector federalista y la promulgación de las leyes federales. Estas medidas fueron consideradas impracticables para el país y rechazadas por lo que renunció en septiembre de 1826. Fue una persona de gran trayectoria en la política y en las Fuerzas Armadas.
Como efecto inmediato del ´´ruido de sables'' (protesta en el Congreso de oficiales militares de baja graduación) un Comité Militar presionó a Alessandri y al Congreso para aprobar en tiempo record varias leyes relativas a cooperativas, sindicatos profesionales, tribunales de conciliación, contratos de trabajo y huelgas.
Como el Comité Militar continuó funcionando y al no resolverse la totalidad de las peticiones gremiales de los militares, el Presidente presentó su renuncia. El Senado lo rechazó, pero a cambio lo autorizó para ausentarse del país hasta por 6 meses.
El 11 de septiembre de 1924 se conformó una Junta Militar encabezadas por el general Luis Altamirano quienes se comprometieron a convocar a una Asamblea Constituyente y reformar las practicas políticas.
El mismo día, la Junta ordenó la disolución del Congreso.
A fines de 1924, el Partido Radical y Demócrata adoptaron posiciones contrarias al movimiento militar, propiciando el retorno del Presidente Alessandri. La situación se complicaba, y el 23 de enero de 1925 un grupo de militares, encabezado por el coronel Carlos Ibáñez, derrocó a la Junta, reemplazándola por otra de carácter cívico militar. La oficialidad joven difundió ampliamente sus propósitos: devolver el poder a Alessandri y convocar a una Asamblea Constituyente, así el Presidente arriba a Santiago el 20 de marzo de aquel año para volver al poder para así traicionar al poder Constituyente autoconvocado de Asalariado e intelectuales.
En síntesis, fue una renunciar curiosa y peculiar en el que se había acordado que volviera al poder en 6 meses más.
Fue elegido presidente en unas elecciones no exenta de polémica, ya que fue el único candidato que se presentó, siendo electo con el 98% de los votos. Entre sus obras destacan la creación de Carabineros de Chile (1927), la FACH (1930) y la Contraloría General de la República (1927) y la Dirección de Registro Electoral (1929).
Ante el contexto internacional de la gran depresión bursátil de Octubre de 1929, Chile se vio fuertemente afectada en el rubro de la banca y el comercio. Los gremios profesionales y los estudiantes se apoderaron de las calles exigiendo la salida de Ibáñez. El presidente se vio enfrentado a la disyuntiva de renunciar o de desatar una dura represión. Optó por lo primero, entregando el mando al presidente del Senado, Pedro Opazo (26 de julio de 1931) optando por el exilio a la Argentina.
6.- Juan Antonio Ríos (1942-1946).
Fue uno de los mandatarios del periodo de los presidentes radicales. Su lema de gobierno fue Gobernar es producir ya que dio impulso a las empresas estatales como la Empresa Nacional de Electricidad (ENDESA), la Empresa Nacional del Petróleo (ENAP) y la Compañía de Acero del Pacífico (CAP).
Tuvo que enfrentar el desenlace de la Segunda Guerra Mundial manteniendo la neutralidad un solo año, hasta que en 1943 rompe relaciones con los países del Eje (Alemania, Italia, Japón) y le declara la guerra a Japón en 1945.
Su renuncia fue bien particular, ya que no fue por una causal por una crisis política, económica y/o social sino que por un cáncer que padecía, delegándole el cargo a su ministro del interior Alfredo Duhalde en enero de 1946, falleciendo el mandatario en junio de aquel año.
Rodrigo Bustos. Historiador.