enero 28, 2019

La importancia de la justicia internacional en América Latina.

Ya hace unos meses atrás se supo el veredicto del Tribunal Internacional de Justicia (CIJ) y el resultado fue que Chile no tiene la obligación de negociar con Bolivia una salida al Océano Pacífico. Todos y cada uno de los fundamentos jurídicos bolivianos fueron desechados. Tras cinco años de litigio ¿cambió algo? Nada. La CIJ reafirma que las cosas siguen tal como estaban. En los hechos, no obstante, Chile sale fortalecido con un valioso capital intangible: la credibilidad. Los esfuerzos internacionales de Bolivia por conseguir aliados para salir al Pacífico, a través del norte de Chile, han sufrido un inesperado revés. 

Es la segunda vez que la CIJ considera demandas contra Chile. La anterior fue presentada por Perú por las fronteras marítimas. En esta ocasión la Corte concedió soberanía al Perú de una remota zona de alta mar con poca relevancia económica y que no alteraba en lo fundamental el status quo. Fue también un largo y tenso pleito diplomático que tuvo un alto costo financiero. Surgieron entonces voces que aconsejaban abandonar el Pacto de Bogotá de 1948. El tratado postula que los países miembros tienes que solucionar los conflictos limítrofes por medios diplomáticos. La pertenencia al Pacto confiere juridicción a la CIJ, luego que Bolivia siguió el ejemplo peruano e interpuso su demanda, creció la propuesta de que Chile dejase aquel Pacto lo antes posible. Ante esto es valido preguntarse ¿Es conveniente retirarse del Pacto de Bogotá? Los países en vías de desarrollo como Chile que no disponen de gravitación económica, son las más interesadas en un aparato de derecho internacional a la cual apelar. En cambio, las grandes potencias están más proclives a imponer las reglas del juego de forma unilateral. Mientras menos tratados, mayor libertad de acción. Nuestro continente ha contribuido a generar una jurisprudencia de respeto a la resolución pacífica de las diferencias entre las naciones (es la región del mundo con menos conflictos interestatales). Hay que tomar en cuenta que las dos alegatos contra Chile derivan de la Guerra del Pacífico del siglo XIX y las secuelas de estas hostilidades son de muy lenta cura y nunca son olvidadas por completo. De allí que está en el interés de toda la región fortalecer los pilares de la paz internacional. Ello pasa por respetar la institucionalidad edificada a lo largo de las décadas. 

Para terminar es importante aclarar que el multilateralismo conviene a los países más vulnerables. El sistema de justicia internacional, de la ONU, es un elemento importante para contrarrestar los afanes de los países hegemonicos. Sin embargo, no es una garantía al cien por ciento, pues si una superpotencia decide ignorarla lo hará. Pero los trangresores pagarán un costo. Por lo tanto, el Pacto de Bogotá y el CIJ contribuyen a que América Latina sea una zona de paz y armonía. 

                                         Corte Internacional de Justicia de la Haya (Países Bajos)

Rodrigo Bustos. Licenciado en Historia. Universidad Academia de Humanismo Cristiano. Chile.

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