Por Rodrigo Bustos. Historiador.
Venezuela en las últimas semanas a sido el centro de la controversia política en el mundo. Es un tablero relevante en la geopolítica del orbe por ser un país rico en petróleo y minerales. Está dominado por el chavismo por 25 años consecutivos que a ido erosionando paulatinamente las instituciones públicas para convertirlo en un régimen autoritario. Es una dictadura qué no realizó un golpe de Estado convencional con militares y tanques para tomarse el poder, sino qué a través del caudillismo, el populismo y la demagogia.
Haciendo este exordio vamos a dar a conocer los 5 argumentos del porqué el país caribeño es una dictadura.
1- Las elecciones no son libres, transparentes, competitivas, ni justas.
Este punto es fundamental ya que se comenta que se han hecho desde el año 1998 31 elecciones, más qué otras democracias convencionales. Durante el gobierno de Hugo Chávez (1999-2013) las elecciones fueron libres, incluso fue más allá al realizar en el año 2004 un referéndum revocatorio en el cuál gana y el 2007 hubo un referéndum de reforma constitucional en el cuál pierde y Hugo Chávez respeta estos resultados. También con la redacción de una Nueva Constitución en 1999 se impulsó la participación de los sectores populares con mecanismos de democracia directa. El punto de inflexión fue cuando llegó el golpe de Estado fallido que sufrió Chávez en 2002. Desde entonces, el chavismo fue erosionando paulatinamente los contrapesos democraticos. Hugo Chávez aprovechó su triunfo en el referendum revocatorio del 2004 y su contundente mayoría en las elecciones legislativas del 2005 para cooptar las instituciones. Empezó a legislar sin pasar por la Asamblea Nacional. En 2004, modificó la composición del Tribunal Supremo de Justicia (TSJ) para tener mayoría, incorporando doce jueces chavistas. Tres años más tarde logró el cierre de Radio Caracas, uno de los principales medios del país crítico con el chavismo.
Nicolás Maduro se sirvió de esta base para asentar la transición autoritaria trás la muerte de Chávez el 2013. Por entonces la oposición tenía todavía margen para competir electoralmente. De hecho ganaron las elecciones legislativas del 2015. Esta mayoría le otorgaba la capacidad de realizar cambios constitucionales y de impulsar un referéndum revocatorio contra Maduro. Fue ahí cuando Maduro dio el paso de un régimen hibrido a uno autoritario.
Para evitar perder el poder, el oficialismo volvió a modificar la Composición del Tribunal Supremo de Justicia a su favor. El nuevo tribunal anuló las elecciones de tres diputados antichavistas, lo que le quitaba a la oposición su mayoría cualificada. Al negarse la Asamblea a acatar esta decisión, el TSJ despojó a la Cámara de sus facultades. El golpe final se concretó con la convocatoria a elecciones para una Asamblea Constituyente el año 2017, en donde la oposición se negó a participar.
El principal contrargumento del chavismo cuando lo acusaban de ser antidemocrático era que ganaba todas las elecciones, lo que fue cierto hasta el año 2015 (con la excepción del plebiscito constitucional del 2007). Esto se esfumó en octubre de 2016, cuando el CNE anunció, sin ninguna explicación, que posponía para 2017 las elecciones regionales programados para diciembre del 2016.
Ahora este año 2024 se realizaron las elecciones presidenciales en donde aún el Consejo Nacional Electoral (CNE) no presenta las actas electorales para verificar los resultados electorales. Aún así el CNE dió como ganador a Maduro con más de 51% de los votos, contra el 44% de Edmundo González. Ante esto, gran parte de la comunidad internacional ha denunciado esta elección como un fraude. Incluso el Centro Carter que es una ONG con experiencia internacional en temas electorales y al ser invitado por el mismo chavismo ha dicho claramente que la elección no fue transparente y reconoce a Edmundo González como ganador.
2.- En 2017 Maduro convocó a una Asamblea Constituyente para desacreditar a la Asamblea Nacional de mayoría opositora.
En 2017 Nicolás Maduro convocó a una Asamblea Constituyente sin el consentimiento del pueblo dándoles poderes plenipotenciarios ni límite de tiempo, para supuestamente escribir exclusivamente una Nueva Constitución como puede pasar en cualquier país democrático, sin embargo, esto fue una maniobra para disolver a la Asamblea Nacional, de mayoría opositora siendo una Asamblea Constituyente con facultades plenipotenciarias, es decir, todos los poderes públicos estaban subordinados a la Asamblea Constituyente, y que además no escribió una Nueva Constitución. Ante estos antecedentes, podríamos decir que el gobierno de Nicolás Maduro aplicó un autogolpe de Estado con ´´guante blanco'' porque fue una flagrante violación al principio de elecciones libres y competitivas cuando se eligieron los 545 integrantes de la Asamblea Nacional Constituyente. El sistema de votación violaba el principio de una persona, un voto, al darle la misma representación a un pueblo de 2000 habitantes que a una ciudad de un millón, y al incluir una porción de asambleístas elegidos por las corporaciones sectoriales, cuyos órganos de representación controla el chavismo. Como si fuera poco, fue tan poca gente a votar que el gobierno decidió hacer fraude, inflando el número de votantes. Smartmatic, la empresa a cargo del sistema de voto electrónico de las elecciones desde el 2004, denunció que la diferencia entre la cantidad de participantes anunciada y la verdadera fue de al menos un millón de electores.
3.- Maduro tiene cooptadas y politizadas a la cúpula de las fuerzas castrenses.
Las Fuerzas Armadas son el gran soporte qué sostiene a Maduro y su círculo de hierro en el poder. El ministro de defensa y General en Jefe de las Fuerzas Bolivarianas, Vladimir Padrino López es clave en la lealtad de éstas hacía el régimen. La cúpula de las Fuerzas Armadas tienen una participación relevante en la economía del rubro petrolero, minero y de distribución de alimentos. Bautizada como bolivariana por el ex Presidente Hugo Chávez (1999-2013), la Fuerza Armada venezolana no oculta su politización. Ha tenido entre sus lemas: ¡Patria, socialismo o muerte¡. Ahora Maduro no tiene el liderazgo militar para soportarse como comandante en jefe. Se gana a la Fuerza Armada con privilegios, ascensos y la creación de nuevos cargos. Es decir que las Fuerzas Armadas son leales e incondicionales al régimen de Maduro aunque hagan un fraude electoral como pasó este año.
4.- Persecución a opositores políticos y exiliados por razones políticas y económicas.
Después del fraude electoral del 28 de julio de 2024 y según la ONG Foro Penal, las fuerzas de seguridad han realizado 1406 detenciones siendo liberados 55 personas.
Los mecanismos de represión no son nuevos. Venezuela es el único país de la región que tiene abierta una investigación ante la Corte Penal Internacional y desde el año 2019, la Misión independiente de determinación de los hechos, establecida por el Consejo de Derechos Humanos de la ONU, ha señalado que en Venezuela existen formas de represión y una política de persecución contra la oposición. En esta categoria entra cualquier persona: defensores de derechos humanos, periodistas y ciudadanos que pueden ser percibidos como opositores.
Conforme con las órdenes que ha emitido el propio Nicolás Maduro y el fiscal general, los tres delitos que se están imputando son: terrorismo, asociación para delinquir e instigación al odio.
A niveles macros el Foro Penal denunció que hay 269 presos políticos. Desde el 2014 se calculó hasta abril de este año que casi 16.000 personas han pasado por la prisión política, de las que 9000 han sido excarceladas manteniendose con medidas cautelares, como prohibición de salida del país, presentación ante un tribunal y en cualquier caso se encuentran con un proceso judicial pendiente.
Aunque el exilio no se da por decreto del régimen chavista, muchos se han visto forzados a salir país por las pésimas medidas de los últimos 25 años como es la violencia, la hiperinflación, los crecientes indices de criminalidad y la escasez de productos básicos. Según ACNUR que es la agencia a favor de los refugiados de la ONU han salido de Venezuela unas 7,7 millones personas de su país. Todos estos antecedentes son anómalos y son propios de un régimen autoritario.
5.- No existe la división de poderes.
Paulatinamente el régimen fue cooptando al Poder Judicial. Al perder la elección legislativa de diciembre de 2015, Maduro nombró en sesiones extraordinarias a 12 de los 32 jueces del TSJ con una mayoría inferior al quórum de los 2/3 que exige la ley. Los designados tenían pocas credenciales y un estrecho vinculo con el partido oficialista. Por ejemplo, el Presidente de la Sala Constitucional que dio el primer golpe contra el parlamento, Juan José Mendoza, había sido diputado por el oficialismo.
Actualmente la Presidenta del Tribunal Supremo de Justicia (TSJ) y de su Sala Constitucional, Caryslia Rodríguez es militante del Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV) y el Presidente del Consejo Nacional Electoral (CNE), Elvis Amoroso es militante del PSUV.
Con respecto al TSJ, existe un tribunal equivalente en el exilio que se conformó en el año 2017 como efecto del conflicto institucional entre la Asamblea Nacional (de mayoría opositora) y la Asamblea Nacional Constituyente (de mayoría chavista). También la Fiscal Nacional Luisa Ortega fue destituida de su cargo por la Asamblea Constituyente y tuvo que irse al exilio en el 2017 por ser crítica al gobierno de Maduro. Ortega estuvo en el cargo desde 2007 y autoproclamada fiel chavista, alertó de la ruptura del orden constitucional cuando dos sentencias del Tribunal Supremo de Justicia (TSJ) arrebató poderes al parlamento en 2017. Su sucesor y el actual Fiscal Nacional Tarek William Saab fue nombrado por la ilegitima Asamblea Constituyente ha tenido una innegable postura chavista- fue ratificado por la Asamblea Nacional este año proyectandose en el cargo hasta el 2031-. Es decir el sistema de Justicia se a politizado en nombre de una revolución sin el consentimiento de la mayoría de su pueblo.