Como se ha observado,
el coloquio Lippmann, se fijó el objetivo de refundar el liberalismo, aun
cuando estuvo dominado por las fracturas entre corrientes teóricas disimiles de
las cuales las más destacadas fueron la que postulaba la economía social de
mercado y la que defendía el sistema económico neoclásico. Las diferencias
teóricas sobre el papel del estado en la dirección del modelo, unido a la idea
de refundar el liberalismo, iniciativa, con una notable falta de madures por lo
reciente de su propuesta y hasta los orígenes etimológicos del término “nuevo
liberalismo” provocaron que el coloquio Lippmann en 1938 dejara sus objetivos
incompletos.
Sin embargo, el
coloquio sirvió de base para que nueve años más tarde tuviera lugar una idea
que durante la segunda guerra mundial germino en la mente de Friedrich Hayek: reunir
a un “amplio frente de hombres de buena voluntad” que se dieran a la tarea de
refundar y poner en pie de guerra al liberalismo. Así en abril 1947 se
inauguraba la Sociedad Mont Pelerin. La SMP nace autoproclamándose como un
grupo de intelectuales con un interés netamente científico y doctrinario,
independiente de los partidos políticos.
Queda de manifiesto
desde el inicio que, a diferencia del coloquio Lippnamm, ya no existía una
cantidad de corrientes teóricas heterogéneas, ni el riesgo de fracturas, la
visión de defender las tesis neoclásicas es mucho más homogénea que antes. Solo
subsiste la heterogeneidad disciplinar ya que hay abogados, historiadores,
cientistas políticos, periodistas, filósofos y economistas. Más allá de los
nombres de los asistentes y su orden de importancia, está clara dentro de la
sociedad la idea weberiana
(11) de demarcar las funciones
del intelectual, del político y del técnico-(economistas)- con miras a promover
la implantación del modelo de libre mercado en el mundo.
Entre los organizadores
e invitados estaban: Ludwig Erhard, William Rappard, Maurice Allais, Aron
Director, Walter Eucken, Milton Frideman, Friedrich Hayek, Franck Knigth, Fritz
Machlup, Salvador de Madariaga, Ludwig Von Mises, Michael Polanyi, Karl Popper,
Lionel Robbins, Wilhem Ropcke, y George Stigler. El carácter pluridisciplinario
de la reunión inaugural en Suiza se fue diluyendo con las siguientes reuniones
donde predominarán los economistas de profesión de los cuales los más
destacados serán Gary Becker y James Buchanan.
En el caso de Montt
Pellerin, tuvieron especial peso en la elaboración teorico- intelectual Von
Mises, Hayek, Ropcke y el filósofo Karl Popper. Desde la elaboración
intelectual. Desde la visión de la implementación técnica de un modelo de
economía libre tuvieron influencia economistas como Maurice Allais, Aron
Director y Milton Friedman y desde el enfoque de la experiencia política,
estuvo el llamado padre del “milagro alemán” de post-guerra Ludwhig Erhard.
En la SMP las
corrientes teóricas casi se reducen a dos: la encabezada por Wilhem Ropcke y
William Rappard, quienes van a postular la economía social de mercado. Esta
corriente en Mont Pelerin, representó los valores de solidaridad cristiana y se
trasformo en un programa económico que postulaba una sociedad agraria de
pequeños propietarios alejada de las leyes del mercado que pudieran concentrar
la propiedad de la tierra en unas pocas manos. Sus postulados económicos se
trasformaron en la columna vertebral de las coaliciones social-cristianas en
Europa. A pesar de defender esta teoría y de tener diferencias notables con
Hayek, al respecto hay que recalcar que Ropcke y Rappard comparten con este su radicalidad
en contra de la intervención estatal en la economía.
Pero en Mont Pelerin,
la escuela más influyente fue la neoclásica o neoliberal, por dos razones:
primero porque abordo temáticas clave en la que todos participaron como la
libre empresa, la economía de libre mercado, medidas contra cíclicas de pleno
empleo, teoría monetaria, libre fijación de precios, salarios mínimos y
sindicatos entre otros. En segundo lugar, porque abordo el análisis de la
economía desde varios campos disciplinarios y epistemológicos: desde la
filosofía política, sociología, antropología, epistemología, historiografía y
economía.
Quienes analizaron la
sociedad abierta de manera multidisciplinar, fueron Friedrich Hayek y Karl Popeer.
Desde lo filosófico Hayek asume una postura de ruptura total con el liberalismo
del siglo XVIII, es decir con enciclopedismo racionalista de Descartes y
Rousseau. El racionalismo cartesiano consideraba que solo debemos creer en lo
que podemos demostrar y que el racionalismo debe observarlo y analizarlo todo
para conocer “la cosa en sí”. La diferencia entre el verdadero liberalismo y el
falso para Hayek estaba precisamente en el papel que se asignaba la razón, que
para Hayek era muy limitada en el hombre como para poder conocer la cosa en sí,
y por lo tanto decidir que era justo y que no lo era. El filósofo austriaco se
oponía al liberalismo clásico, por intentar crear un orden social basado en la
razón y el conocimiento, despreciando las tradiciones. Hayek respecto de los
hombres y las tradiciones tenía una visión marcadamente evolucionista; no hacía
falta el conocimiento perfecto hacia el pasado, ya que, si el hombre de la
modernidad vivía bajo cierto orden normativo, era porque ese orden y esas
tradiciones habían sido más fuertes para sobrevivir a otros órdenes que no
pudieron mantenerse en el tiempo. Dado esto, el liberalismo clásico, así como
la economía keynesiana y el socialismo de planificación central chocaban
constantemente con el obstáculo de la razón humana y su pretensión de aspirar a
conocer en todo momento que es deseable o no para las sociedades.
Epistemológicamente,
Hayek considera que la razón humana está muy limitada y que las interacciones
del individuo no se dan a través de un aprendizaje sistemático, sino que la
mayoría le vienen dadas y es imposible justificarlas racionalmente. En Hayek
hay una concepción negativa del conocimiento humano al que considera incapaz de
conocer el mundo en su totalidad, dado que es imposible la totalidad del
conocimiento, el individuo puede solo conocer fragmentos de este, por lo cual
no puede predecir el comportamiento futuro de hombres y mujeres que ni siquiera
conoce, mucho menos predecir los comportamientos de los mercados; solo se puede
aspirar a tener una parte de la
información no las informaciones completas de todas las interacciones humanas,
de ahí la imposibilidad de las direcciones de economías dirigistas-estatistas
en resolver que producir, como producir y para quien.
Friedrich Hayek realiza
un análisis epistemólogo y antropológico saliéndose del análisis económico
propiamente tal. En esta empresa de elaborar un análisis original, se apoya en
las tesis de Kant (empirismo) y David Hume (escepticismo). Si hubiese que
sintetizar su pensamiento, se podría decir que Hayek pensaba que la razón
humana no ha generado el orden actual de las cosas y por lo tanto tampoco
podría modificarlo. Siendo limitada la razón, y el conocimiento disperso es
imposible planificar y preveer procesos, puesto que no se pueden establecer las
relaciones causa-efecto que serían necesarias para anticiparse a las crisis.
La influencia de
Karl Popper, la ruptura filosófica con el liberalismo clásico y el nacimiento
de la escuela de Chicago
En la elaboración
epistemologíca de Hayek se advierte la influencia del racionalismo crítico de
Karl Popper quien postulaba que todo conocimiento científico es provisorio. Aun
así, se distanciaba de las teorías popperianas ya que este filosofo fue el
autor del criterio de demarcación de las ciencias o falsacionismo que era
eminentemente empírico; era la experiencia la que debía establecer si los
enunciados científicos se acercaban a la verdad o se alejaban. Además, la
teoría de Karl Popper era científica, no una visión del mundo como la de Hayek;
si las primeras son más acotadas, las segundas son más extensas y difieren en
su fundamentación.
Las relaciones entre
las tesis del pensamiento de Friedrich Hayek y el liberalismo clásico de los
siglos XVII y XVIII fueron siempre complejas; dos de los grandes representantes
del liberalismo John Loocke y Thomas Hobbes, consideraban que todos los hombres
eran iguales por naturaleza. Hayek por el contrario creía que los hombres eran
naturalmente desiguales. Esta diferencia teórica se unió al “antirracionalismo”
de Hayek. Pero su teoría lejos de ser una creación original, es más bien un “compilado
original” de pensamientos, donde destaca la influencia de aquellos teóricos que
Hayek denominaba como verdaderos liberales: Tocqueville, Smith y Ferguson,
además de rescatar los pensamientos de Mendeville y David Hume. Sin embargo,
aun con los “verdaderos liberales” tenía diferencias ya que Kant hizo alusión a
la importancia de la independencia de la razón en su pensamiento, así como Tocqueville
subrayo que el individualismo se exacerbaba con el despotismo, ya que aislaba
al sujeto y lo alejaba del espacio público y de la comunidad.
Aún cuando la Sociedad
Mont Pelerin es tenida como más homogénea teóricamente de lo que fue el
coloquio Lippmann, no es menos cierto que también surgieron diversas corrientes
y se originaron disputas importantes. Es en la SMP donde hace su debut la
escuela de Chicago y es este encuentro, el primero que recibe grandes fondos
económicos de la las patronales norteamericanas, opuestas al estado keynesiano.
Siempre se tiende a creer que uno de los personajes más destacados de la
escuela de Chicago es Milton Friedman, y se piensa que este fue incluso el alma
de la Sociedad Mont Pelerin. Ambas afirmaciones, sin embargo, están lejos de
ser reales. Milton Friedman no es el miembro más destacado de la escuela de
Chicago ya que ese momento, Aron Director y Franck Knight eran los máximos
representantes de esta incipiente escuela y quienes invitaron Friedman al
coloquio.
Lo cierto es que Milton
Friedman no fue un asistente destacado en esta reunión y la escuela de Chicago
que en ese momento está influida por Henry Simons y liderada por Director y
Knight, era muy distinta teóricamente de los que fue después con Friedman a la
cabeza.
En efecto después de la
SMP surge una nueva fractura dentro del neoliberalismo que ya no solo se limita
a las diferencias con la economía social de mercado “progresista” de Lippmann y
Ropcke, divergencia característica de la primera mitad del siglo XX. En Mont Pelerin
además, surge la divergencia entre la escuela a austriaca y la escuela de
Chicago. La escuela austríaca siempre dio prioridad a un enfoque más filosófico
y metodológico en tanto que la escuela de Chicago, ya con Friedman a la cabeza
le dará primacía a un enfoque estadístico, propio de los economistas como se
constata en su obra cumbre. De hecho, Friedman sostenía que el impacto del
monetarismo se debía a su rigor científico y no a ser producto de una tesis filosófica.
Sus estudios señalaban que una economía de libre mercado no estaba
necesariamente sujeta a crisis cíclicas como la crisis de 1929, la condición suficiente
para evitarlas era que las autoridades monetarias no cometieran demasiados
errores graves.
Hacia la década de los
setenta y ochenta, la escuela de Chicago con Milton Friedman como principal figura
era muy distinta de la original que encabezaron en la SMP Director y Knight y
se volvió clave en el cambio radical que experimento la economía de libre
mercado con las contrarrevoluciones de Ronald Reagan y Margaret Thatcher.
Friedman incluso independizo a la escuela de Chicago de la herencia de Mont Pelerin
y radicalizo su idea de libre mercado sin intervención estatal. Una prueba de
la “limpieza” que realizo al interior de la sociedad de las “ideas de la
economía social de mercado” fue realizar en Viña del Mar en 1981 un coloquio de
la sociedad dando el visto bueno a las políticas económicas de Augusto Pinochet,
así como a las medidas autoritarias para implementarlas.
La razón por la cual
Hayek, apoyaba la idea de una democracia autoritaria no era una coincidencia.
De hecho, la organización de la sociedad Mont Pelerin, estaba encaminada, más
que a reformular la economía de libre mercado, a reformular las democracias en
lo político-institucional y cultural.
Para lograr este
objetivo, se debía levantar la tesis de una democracia limitada y de un estado
autoritario. Su propósito era combatir el capitalismo keynesiano de protección
a la clase trabajadora y el solidarismo reinante y sentar las bases para un
capitalismo desregulado. Pero lo realmente controvertido de
esta reunión, fue la voluntad de sus participantes de reemplazar el liberalismo
clásico del siglo XIX, tradicionalmente ecléctico y muchas veces inorgánico, a
una internacional liberal con una estructura asombrosamente parecida a las internacionales
organizadas por el comunismo, donde los revolucionarios serían los tecnócratas,
que con una idea homogénea de lo que debía ser el neoliberalismo, ocuparían los
ministerios de economía, imbuidos por la intelectualidad que Mont Pelerin. Este
fenómeno se hizo efectivo en los ochenta y sobre en los noventa después de la
caída de los socialismos reales.
Pero es difícil
explicar por que este encuentro, que perseguía objetivos tan maximalistas y
universales se realizó en 1947, en un periodo tan desfavorable para las tesis
de la economía liberal. El capitalismo desarrollado estaba entrando en una
larga fase de auge, era su edad de oro, en las décadas cincuenta y sesenta,
gracias a las políticas de demanda agregada del keynesianismo, por lo que las advertencias
del liberalismo acerca de las nefastas consecuencias de la regulación del
mercado por parte del estado no parecían verosímiles. Sin embargo, en 1973,
la economía de post guerra de corte keynesiano entra en una profunda recesión,
combinado por primera vez bajas tasas de crecimiento con altas tasas de inflación.
Fue en ese momento cuando las tesis de Hayek adquirieron popularidad, ya que el
estallido inflacionario, lejos de ser causa directa de la subida de los precios
del petróleo, fue producto de las demandas de los trabajadores, que con sus
demandas de aumento salarial habían socavado las bases de la acumulación
capitalista. Esta diagnostico era funcional con lo que se quería instalar: un
estado fuerte en su capacidad para reprimir y debilitar a los sindicatos y
controlar el dinero, pero limitado en los gastos sociales y la intervención en
la economía, y para lograr este objetivo se debían bajar los impuestos a las
ganancias mas altas y crear contingentes de trabajadores de reemplazo para
dejar sin efectos las huelgas y quebrar a los sindicatos. Las tesis
filosóficas, políticas y económicas salidas de la SMP, sirvieron de soporte
ideológico para lo que vendría en 1974. Principalmente a partir de ese año se
lleva a la práctica de manera sistemática en la economía mundial un
desplazamiento del poder económico del aparato productivo al mundo de las
finanzas; básicamente es este proceso en la practica lo que encarna el
neoliberalismo; la financiarizaciòn de todo: desde la gran circulación del
capital, hasta los aspectos más básicos de la vida cotidiana lo que supone,
además de un giro económico, un cambio cultural a gran escala. La concentración
de capital industrial dejo de ser clave para el crecimiento de la renta per
cápita, como si es clave, desde los noventa, para ese crecimiento la concentración
de capital financiero. En solo treinta años desde 1960 a 1990 el eje del
sistema capitalista mundial dio el giro mas radical de la historia, producto de
una decisión sistemática de las elites económicas mundiales para consolidar su
“ascenso de poder de clase” (2). En producir el cuerpo teórico que le
dio legitimidad a este proceso, fueron claves los intelectuales de la SMP y
posteriormente los tecnócratas que utilizaron varios países del tercer mundo
como laboratorio para implantar el modelo.
(1) Max Weber deja en claro el rol del intelectual debe ser independiente y estar además por sobre el del político o la coalición de partidos que tratan de llevar un conjunto de sus ideas a la práctica.
(2) David Harvey, describe el “acceso del poder de clase” como el reemplazo de los duelos del capital físico, por lo ejecutivos financieros, y lo identifica como una decisión sistemática de las clases altas para gobernar dentro de un circulo de capitalismo sin acceso a la competencia. Para un análisis más en profundo ver . David Harvey, “Breve historia del neoliberalismo”, 2007.
Por: Claudio Palma A.
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