enero 11, 2023

Los 10 personajes claves de la Revolución Bolchevique en Rusia.

 Por Rodrigo Bustos. Historiador. 

Desde un zar derrocado y un siniestro personaje de su corte, hasta los propios artífices de la revolución que lo derrocó y algún anticomunista que emprendió la lucha contra los bolcheviques, aquí una selección de los protagonistas de la revolución rusa de octubre de 1917.   


1.- El Zar Nicolás II.

Nicolás II fue el último zar ruso de la dinastía Romanov y su nombre evoca el crepúsculo de una época. Con 19 años ingresó al ejército, ascendiendo al grado de Coronel tras tres años de servicio. Fue un buen militar, pero pésimo gobernante. 

Nicolás II se esmeró en preservar los equilibrios geoestratégicos y la posición de Rusia en el concierto internacional, sin aventurarse a nuevas campañas de conquista y anexión de territorios. Con todo, la construcción e inauguración del Transiberiano, el tren que llegaba hasta el Pacífico, despertó los recelos de Japón y en 1904 se desató la Guerra Ruso- Japonesa, sellada con una humillante derrota para el Imperio Ruso. Su reputación menguaba también de puertas adentro a causa, principalmente, de la masacre perpetrada por el ejército en San Petersburgo contra más de mil manifestantes, que marchaban pacíficamente demandando la mejora de sus condiciones laborales y la creación de una asamblea popular. La masacre desencadenó una huelga y protestas en todo el país; finalmente el zar dio luz verde a la creación de la Duma, la primera asamblea representativa rusa.

Las protestas incontenibles desencadenadas en San Petersburgo en febrero de 1917 precipitaron los acontecimientos. La Duma eligió un comité provisional, con Nicolás II aún ausente por sus obligaciones militares de la Primera Guerra Mundial. Desbordado por todos los frentes, el zar se vio obligado a abdicar el 5 de marzo de 1917, y los Romanov fueron puestos bajo arresto domiciliario. En Octubre estalló la Revolución bolchevique, que depuso al gobierno provisional. Nicolás II y su familia fueron ejecutados el 16 de julio de 1918. Caía así la dinastía Romanov que estuvo tres siglos en el poder y nacía en efecto una nueva Rusia de corte comunista. 




2.- Lenin.

Lenin fue el alma y ariete de la Revolución Bolchevique, nació en la localidad de Simbirsk en 1870. Su ardor revolucionario fue precoz, pero en verdad se crió en una familia de clase media con un nivel sociocultural alto y estable. 

Se empapó de la literatura revolucionaria y leyó por primera vez El Capital de Karl Marx, que causó un profundo impacto en el joven Lenin.  

Terminados sus estudios de derecho en 1892, se estableció como abogado en Samara, donde defendía los intereses de campesinos de escasos recursos. Cada vez más entendía la dramática situación social en la que estaba inmersa Rusia como un ejemplo cristalino de la lucha de clases de su admirado Marx. Así con la inquietud de volar alto, se mudó a San Petersburgo, donde entró en contacto con círculos marxistas y se implicó en actividades subversivas, hasta que en 1895 fue arrestado y exiliado a Siberia durante tres años. Tras cumplir su periodo de ostracismo decidió ir rumbo a Alemania y se instaló en Munich, antes de regresar finalmente a San Petersburgo para convertirse en uno de los cabecillas del movimiento revolucionario. Los acontecimientos trágicos del Domingo Sangriento (9 de enero de 1905), en el que cientos de manifestantes contra el zar fueron tiroteados, fueron la chispa que Lenin y los suyos necesitaban para derribar a la monarquía. Durante la Primera Guerra Mundial, el líder bolchevique volvió a emprende el camino del destierro, esta vez en dirección a Suiza, donde redactó el libro Imperialismo: la fase superior del capitalismo antes de regresar en 1917 a Rusia, donde el zar acababa de ser depuesto, para ponerse al frente de la Revolución derrocando al gobierno provisional en Octubre de 1917. 

Tras las purgas del Terror Rojo, la guerra civil, las hambrunas, las huelgas y las protestas organizadas contra su propio gobierno, su salud comenzó a resentirse. Sufrió un primer derrame cerebral en mayo de 1922 y el segundo en diciembre.

Falleció el 21 de enero de 1924 en la actual Gorki Leninskiye.  


 


3.- Rasputín.

No es sólo uno de los personajes más turbios y maquiavélicos de la historia rusa, sino también un icono del arte de la manipulación, el complot y la maquinación. 

Nacido en 1869 en el seno de una familia campesina de Siberia, fue una persona que apenas asistió a la escuela. Era semi-analfabeto y, no obstante, desde niño generó una extraordinaria fascinación en todos los que lo rodeaban; sus vecinos decían que poseían poderes sobrenaturales. 

Después de recorrer el mundo, viajando por Grecia, Medio Oriente y Tierra Santa vuelve a San Petersburgo, Rusia en 1903. Se presentó como un poseedor de extraordinarios poderes curativos, y logró embaucar al mismísimo zar Nicolás II y muy especialmente a su esposa Aleksandra. Desesperados por la enfermedad del pequeño Alekséi, que padecía hemofilia, decidieron fiar la sanación de su hijo al enigmático Rasputín. Lo cierto es que Alekséi mejoró en las semanas sucesivas en las semanas siguientes y la zarina asumió que el milagro se debía a los sabios cuidados de Rasputín. Desde entonces se estableció un vínculo tenaz entre Aleksandra y Rasputín.

A partir de 1915, con Nicolás II ausente tras el estallido de la `Primera Guerra Mundial, el ´´monje'` ejerció una gran influencia sobre Aleksandra, a cargo de facto de las responsabilidades de gobierno. Se convirtió en su su estrecho consejero, maniobrando para deponer a ministros y oficiales que no eran de su gusto. Aleksandra daba cada vez más protagonismo a Rasputín, por lo que, el 29 de diciembre de 1916, un grupo de conspiradores envenenó al consejero en el transcurso de una cena. El brebaje no surtió el efecto deseado, por lo que lo remataron a tiros y lo arrojaron luego al río Neva. 



4.- Trostki.

Nace en Ucrania el 7 de noviembre de 1879. Al ser activista en la fundación del Sindicato de trabajadores del sur de Rusia, le costo su primer arresto en 1898. Pasó dos años preso en espera de un juicio y finalmente fue sentenciado a cuatro años de exilio a Siberia, hasta que en 1902 decidió escapar rumbo a Londres, donde se afilió al Partido Socialista Democrático y donde conoció a Lenini, que lo convirtió en uno de sus hombres de máxima confianza. Los trágicos acontecimientos del Domingo Sangriento precipitaron su regreso a Rusia; se puso al frente de las protestas y, por ello, fue nuevamente arrestado y enviado a Siberia por segunda vez. La caída del zar en febrero de 1917 fue la excusa que necesitaba para volver a casa.

Una vez de regreso, encabezó la oposición al gobierno provisional ganándose la enemistad de Kérenski, lo que se tradujo en su enésimo arresto, fugaz en este caso, ya que no tardó en afiliarse al Partido Bolchevique de Lenin. Liberado, fue elegido presidente del Soviet de Petrogrado. Tras la caída del gobierno provisional, Trotski asumió un rol protagónico a la sombra de Lenin, en calidad de comisario de Asuntos Exteriores, con la difícil tarea de negociar la paz con Alemania.

Lenin le encargo la misión de hacerse cargo del mando del Ejército Rojo y demostró ser un magnificó comandante, llevando a sus huestes a la victoria sobre el Ejército Blanco. 

Elegido miembro del Comité Central del Partido Comunista. Su posición en el partido se fue debilitando gradualmente a favor de otros ´´delfines'' de Lenin, como Stalin. La delicada salud del líder abrió en 1922 el debate de la sucesión. A priori, Trotski era el mejor posicionado para ser el heredero, pero se había forjado muchos enemigos de Politburó. Nombrado Secretario general del Comité Central, Stalin comenzó a conspirar contra Trostki. Muerto Lenin, Trostki estaba a merced de sus enemigos. Expulsado del Comité Central, sufrió el exilio en Kazajistán y, finalmente, fue expulsado de la Unión Soviética de forma definitiva. Acabó sus días en Ciudad de México y fue una de las principales víctimas de las purgas de Stalin, al igual que todos sus partidarios. El 20 de agosto de 1940 fue asesinado por un agente de la policía secreta de la Unión Soviética, el español Ramón Mercader.  



      

5.- Stalin.

Stalin (´´hombre de hierro'') nació en un pequeño villorio de Georgia, hijo de un zapatero y una sierva. Su madre lo instó a ingresar como religioso en la Iglesia Ortodoxa, pero a los 15 años fue expulsado del seminario por defender a Marx. Se incorporó al movimiento marxista social-demócrata ruso y vivió las vicisitudes del activista político en prisión y en exilio. Cuando Lenin formó el partido bolchevique en 1912, Stalin fue nombrado miembro del Comité Central y se convirtió en el primer editor de Pravda, el periódico del partido. 

Al estallar los sucesos revolucionarios de 1917, Stalin estaba en trabajo forzado en Siberia y fue liberado. Pero no tuvo un papel destacado hasta que los bolcheviques asumieron el poder y fue nombrado Comisario de las Nacionalidades. Organizó junto a Lenin, la constitución de la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas, y tuvo una destacada participación en la guerra civil, donde comenzó su enconada rivalidad a Trotsky. 

El momento clave de su carrera fue en 1922, al ser nombrado Secretario General del Partido Comunista, a través del cuál controlaba al gobierno. Lenin no quería que Stalin fuera su sucesor, pero después de su muerte éste resultó triunfador sobre Trotsky y en 1923 asumía el poder total. 

Su objetivo fue consolidar la revolución en Rusia, abandonando el internacionalismo de Lenin, y lograr un desarrollo económico que se equiparara a los países avanzados. Entonces implementó planes quinquenales de industrialización y de colectivización agraria. 

El enorme programa de industrialización, aunque a largo plazo exitoso, produjo un gran descontento por la escasez de bienes de consumo. 25 millones de campesinos fueron obligados a abandonar sus tierras para incorporarse al trabajo industrial. Con el fin de asegurar el suministro de alimentos, Stalin colectivizó la agricultura a pesar de la oposición de los ´´Kulaks'', que fueron reprimidos.

En la cúspide de la política industrial y después de haber dictado la Constitución Política de 1936, Stalin comenzó las grandes ´´purgas''. Viejos bolcheviques, líderes militares e intelectuales, fueron acusados de traición, de espionaje y obligados a reconocerse culpables. 

En la Segunda Guerra Mundial logró negociar tratados de paz que le permitieron el dominio de Europa Oriental. 

Sus últimos días estuvieron envueltos de paranoia y represión, desconfiaba hasta de su mayordomo como espía capitalista. Al igual que los zares del antiguo régimen, su comida debía ser probada por otro antes que el pudiera ingerirla.  Muere en el poder el año 1953.




6.- Kerenski.

Fue el ´´músculo blando'' de la Revolución Rusa, el agitador moderado, el elegido para liderar la transición leve que nunca fue. Aleksander Kerensky nació en Simbirsk, tierra natal del propio Lenin, el 22 de abril de 1881. Estudió Derecho en la Universidad de San Petersburgo, y fue entonces cuando entró en contacto con ideas subversivas, atraído por los postulados del movimiento revolucionario. Se graduó en 1904 e inmediatamente ingresó en el Partido Socialista Revolucionario, donde trabajó ejerciendo la abogacía en defensa de camaradas perseguidos por el zarismo. Cuando la mecha ardió en febrero de 1917, se posicionó equivocadamente al lado de quienes abogaban por la caída de la monarquía. 

Fue el segundo y último Primer Ministro en el gobierno provisional. Sus esfuerzos por unir a las diferentes facciones del movimiento revolucionario sólo lo llevaron a despertar los recelos tanto de los moderados como de los radicales, quedando en una posición muy comprometida. Así, cuando los bolcheviques asaltaron el poder en la Revolución de Octubre, Kerensky ya estaba definitivamente marcado. Escapó hacía el frente y trató de organizar a las tropas para defender la legitimidad de su gobierno, pero no tuvo éxito. Finalmente se rindió a la evidencia y en mayo de 1918 emprendió el camino del exilio hacia Europa occidental, desde donde trato sin éxito de articular un movimiento de oposición internacional al bolchevismo. 

En 1940 se mudó a Estados Unidos, donde residió hasta su muerte, el 11 de junio de 1970.    



7.- Molotov.

Fue testigo de todos los vaivenes históricos de su país a lo largo del siglo XX. Nació el 9 de marzo de 1890 en Sovetsk y manifestó su compromiso revolucionario prematuramente. Cuando cursaba sus estudios de secundaria en Kasan, ingresó en el Partido Obrero Socialdemócrata de Rusia y participó en numerosas actividades subversivas, que le costaron en 1909 el arresto y el destierro durante dos años a la región de Vologda.

Participó en la fundación del periódico bolchevique Pravda, donde firmaba sus artículos con el sobrenombre Molotov (gran martillo), con el que se le conoció desde entonces. 

Fue nuevamente apresado en 1913, fue exiliado a Siberia; regresó a la capital a tiempo de participar activamente en la Revolución de 1917 como miembro del Comité Revolucionario Militar. Se convirtió  en uno de los hombres fuertes del régimen bolchevique y uno de los más estrechos aliados de Lenin y Stalin. 

Fue precisamente su incondicional apoyo al segundo y sus purgas lo que propició que, durante más de tres décadas, se convirtiera en uno de los políticos con más poder en la URSS a cargo de la política exterior. 

Más allá de su destacada participación en la represión estalinista, fue uno de los principales promotores del proceso de colectivización de la agricultura y jugó un papel clave como ministro de Asuntos Exteriores, cargo que desempeñó desde 1939 y desde el cuál se encargó de gestionar las relaciones con la Alemania Nazi, firmando el 23 de agosto de ese mismo año el tratado Ribbentrop-Mólotov. Este pacto de No Agresión entre las dos potencias, según algunos historiadores, incluía el reparto de esferas de influencia en el Báltico, Finlandia y Polonia.

Después de la Segunda Guerra Mundial Molotov jugó un papel fundamental en las numerosas conferencias internacionales de paz que configuraron el nuevo tablero político mundial. 

A la muerte de Stalin, volvió a la primera línea de la política como Ministro de Exteriores de Jrushov, con el que no tardó en enemistarse. Fue embajador ruso en Mongolia antes de ser expulsado del PCUS en 1961. Murió en 1986.


8.- Bujarin.

Nació en Octubre de 1888. Fue el gran teórico de la causa bolchevique y uno de los cerebros propagandísticos de la revolución. Cursó estudios de derecho en la Universidad Estatal de Moscú, y fue entonces cuando estalló la Revolución de 1905, cuyo primer acto fue el trágico Domingo Sangriento. Fue este acontecimiento el que inflamó el ardor revolucionario del joven Bujarin, quién decidió adherirse en 1906 al movimiento bolchevique. En junio de 1911 fue arrestado por incitar actividades subversivas y condenado al exilio en la costa ártica. Con todo, logró evadir su cautiverio y escapar a Europa para posteriormente pasar a Estados Unidos.

Desde el destierro se convirtió en uno de los motores intelectuales del movimiento, en uno de los teóricos más dinámicos y brillantes, publicando numerosos libros, clásicos de la literatura política revolucionaria como Teoría de la clase ociosa, la economía mundial y el imperialismo, entre otros. Tras el estallido de la Revolución de Febrero de 1917 Bujarín finalmente regresó a Rusia y asumió un papel protagonista desde el principio, como miembro del Soviet de Moscú y como editor de la revista bolchevique Spartacus. 

Pronto se exacerbaron las fricciones doctrinales con Lenin. Éste defendía poner fin a la participación rusa en la Primera Guerra Mundial con un tratado bilateral con Alemania; Bujarin apoyado por Trostki abogaba por aprovechar la inercia de la guerra para convertirla en una revolución paneuropea. 

A la muerte de Lenin, Stalin y muchos otros veían a Bujarin como el líder del ala conservadora del Partido Bochevique. Lo cierto es que en este periodo tendió a suavizar sus ideas más incendiarias, abogando por un reformismo económico de largo plazo. 

La caída de Kámenev y Trotski le tocó de cerca y en 1929, tras haber criticado duramente la insaciable sed de poder de Stalin, fue señalado como el líder de la denominada ´´oposición de derecha'' y cesado de todos sus cargos. Bujarin se las arreglo para sobrevivir claudicando y ´´agachando la cabeza'' ante Stalin. Gracias a ello logró un puesto en el Comité Central del Partido y encargó de redactar la Constitución Soviética. Era un espejismo: Stalin quería deshacerse de él y se montaron falsas acusaciones de conspiración contra el gobierno. Acusado de alta traición en 1937, fue condenado a muerte y ejecutado el 15 de marzo de 1938. 




9.- Kornilov.

Fue un antimonarquico y antirrevolucionario. Hijo de un oficial cosaco destacado en la región del Turquestán. Nacido en 1870, adoptó los valores castrenses y la disciplina militar desde pequeño. Se graduó en 1892 con un historial brillante con el rango de Alférez, y eligió su Turquestán natal como destino. Era un militar poliglota y se graduó con el grado de capitán, y puso rumbo a Asia Central, donde realizó labores de inteligencia aprovechando su conocimiento del terreno y su capacidad para hablar múltiples lenguas. Kornilov cartografió las regiones fronterizas, explorando montañas y desiertos, y las antiguas rutas caravaneras que cubrían la distancia entre el Turquestán y China. 

En 1904 estalló la guerra ruso-japonesa, un desastre militar para Rusia en el que, sin embargo, Kornilov se forjó una eminente reputación. En los años posteriores, hasta 1911, fue agregado militar en China, donde contribuyó sustancialmente a robustecer las relaciones bilaterales entre los dos países. Pero el estallido de la Primera Guerra Mundial iba a llevar al país al límite de su resistencia, y Kornilov, como siempre, estuvo en primera línea. Años después fue recibido en San Petersburgo como héroe y ascendido a teniente general. Kornilov se encontró un país al borde del colapso. Aplaudió la deposición del zar, pero no albergaba simpatía por los revolucionarios. A pesar de esto, fue nombrado Comandante en Jefe de las fuerzas armadas del gobierno provisional. El entendimiento inicial con Kérenski se tornó en abierta hostilidad a finales del verano de 1917, y Kornilov intentó organizar a sus huestes para dar un golpe de Estado, que fracasó y empujó al presidente del gobierno a cesarlo y encarcelarlo. Una vez más logró escapar, en compañía de otros generales hostíles a la Revolución. Se hizo entonces cargo del mando del Ejercito Blanco, formado por voluntarios, último dique de contención contra el Ejército Rojo. En abril de 1918, durante el asedio de Ekaterinodar, fue alcanzado por una granada y murió en el acto. 



10.- Kolchak.

Fue el referente de la causa anti-bolchevique y el contrarrevolucionario que más quebraderos de cabeza causó a Lenin. Nacido en 1874 en los alrededores de San Petersburgo. 

Era un marino ilustrado al que apasionaban la oceonografía y la hidrología. 

Tras el estallido de la Guerra Ruso Japonesa cambió de ruta y fue rumbo a Siberia, donde trás un matrimonio exprés, se embarcó para combatir a los nipones. 

Indignado y decepcionado del gobierno provisonal, presentó su renuncia. Huyó del ruido de la revolución, con el beneplácito de Kerenski, y se refugió en Estados Unidos, donde asesoró al ejército de ese país, que urdía una operación secreta en constantinopla. 

Al estallar la revolución de octubre el foribundo Kolchak ofreció sus servicios en Asia Central a la Royal Navy británica, y así los ingleses pronto entendieron que tenían al hombre idóneo para intentar derrocar al régimen bolchevique. Kolchak se puso manos a la obra y fue nombrado ministro de Defensa por el Directorio de Omsk (el gobierno antibolchevique constituido en 1918). Pero este no era una respuesta suficientemente enérgica contra la amenaza bolchevique, por lo que, con apoyo británico y el respaldo de los cosacos, Kolchak ejecutó un golpe de Estado y se convirtió en Gobernante Supremo y Comandante en Jefe de los Ejércitos. El nuevo dictador fue reconocido por diversas regiones y gozaba de una ventaja estratégica: en su poder estaba la mayor parte de las reservas de oro de la nación. Pese al extraordinario impetu inicial y los enormes recursos a su disposición, Kolchak fue perdiendo terreno gradualmente a manos del Ejército Rojo. El régimen se deshizo y a comienzos de 1920 fue arrestado y, por orden directa de Lenin, condenado a muerte y ejecutado sin juicio el 7 de febrero de aquel año.




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