octubre 31, 2023

El Plan Z: El primer montaje de la dictadura militar chilena.

Por Rodrigo Bustos. Historiador. 


Cuando hablamos del Plan Z puede que algunos lo confundan con un programa de televisión 📺 de antaño, pero en este caso hablamos de un montaje comunicacional impuesto por la dictadura militar a solo semanas después del Golpe de Estado. Éste fue utilizado como herramienta de propaganda y como justificación del golpe de Estado difundiéndolo en la prensa y en un libro cómplice. 

Durante las primeras semanas de implantada la dictadura, se utilizó al Plan Z como justificación del Golpe de Estado, así como de la represión desatada en diversas regiones del país. Está en los orígenes del mito, qué el Golpe de Estado fue una medida preventiva en contra del intento del gobierno de Allende de instalar la "dictadura del proletariado" a través de una siniestra operación encubierta de asesinatos de altos mandos de las Fuerzas Armadas y dirigentes políticos de derecha.

En el aniversario de los 50 años del Golpe Militar no existe ninguna fuente qué pruebe la veracidad de tal advertencia. Al contrario, todas fuentes documentales nos llevan a plantear que la Unidad Popular no tenía un proyecto político único, el Plan constituyó más bien una guerra de operación psicológica montada para justificar el golpe de Estado y dotar de cohesión interna a la junta militar qué recién se estaba constituyendo.

Si nos vamos al detalle de este montaje, el primero de octubre de 1973, todas las acciones recabadas fueron remitidas al General Augusto Lutz, director de inteligencia del ejército a quien se le imparten instrucciones precisas con la finalidad de impulsar la organización y desarrollo del Plan de Propaganda y Contrapopaganda a Nivel nacional, como precisa el Acta Número 12.

Semanas antes, en el Acta Número 6 del 20 de septiembre, la Junta acordó designar al Coronel (R) Raúl Toro para qué proceda a elaborar el Libro Blanco sobre el problema chileno actual y su gestión.

Pero dos días antes en las dependencias de la ex intendencia de Valparaiso, el Almirante Merino convocó a una conferencia de prensa para informar qué habían encontrado material sobre acciones que preparaba la Unidad Popular. Toda esta información, señaló Merino, iba a ser publicada en un Libre Blanco con las inmoralidades del antiguo régimen. Es decir, antes de informar a la Junta, la Armada da a conocer la existencia de información que formaría parte del Libro Blanco. 

El material al que aludía el almirante Merino fue publicad el día 17 y 18 de septiembre en los diarios El Mercurio y La Tercera. En la publicación del 17, se informa que los servicios de inteligencia habrían encontrado una ´´operación macabra'' que llevaría al poder a aquellos ultristas de izquierda que iban a asesinar a los altos mandos de las Fuerzas Armadas, políticos de oposición y periodistas. 

El relato de los hechos va variando a medida que transcurren las semanas, hasta que finalmente se publica en el Libro Blanco del Cambio de Gobierno del autor Gonzalo Vial Correa. Sin embargo, uno de los componentes centrales del Plan Z lo da a conocer un mes antes, el 17 de agosto de 1973 Julio Arroyo Khun, periodista del diario Crónica de Concepción y corresponsal del Mercurio quién como muestra la investigación de Danny Monsálvez, venía publicando diversas notas de prensa con información que se le entregaba el Servicio de Inteligencia Naval. 

Posteriormente los hechos se fueron ampliando, y los que surgió como una  planificación conspirativa rápidamente se fue ampliando hasta contemplar el supuesto asesinato del presidente Allende, de los altos mandos de las Fuerzas Armadas y de políticos de oposición a la Unidad Popular. Los hallazgos de la prensa incluso llegaron a presentar antecedentes de lo qué iba a ser la Nueva bandera de la ´´República Socialista Popular de Chile'', así como listas de personas que supuestamente serían ejecutadas por el gobierno de Allende en diversos rincones del país. 

Los medios regionales comenzaron asimismo a reproducir públicamente secciones locales de la macabra planificación de la izquierda, que implicaba el asesinato en masa de personalidades locales, familiares de militares y sectores conservadores.


Incoherencias. 

El plan reproducido en el Libro Blanco del cambio de gobierno en Chile sintetizó todos los hechos recabados hasta el momento de su publicación con el título de Plan de movilizaciones y operaciones para el Golpe de Estado. Nombre de Código Plan Z, pese a que con posterioridad a su publicación las minucias del macabro plan seguían ampliándose semana a semana. La fecha de elaboración indicada en el documento reproducido por el libro blanco es el 25 de agosto de 1973, pero a partir de ahí comienzan una serie de incoherencias.  

Primero los objetivos involucrados por la prensa en septiembre no corresponden con la información publicada en el Libro Blanco. En este se señala que los objetivos del supuesto plan eran descabezar a los mandos superiores y unidades de las Fuerzas Armadas; retener a las unidades militares descabezadas en todo Chile; controlar el acceso de caminos, ferroviario y aéreo a Santiago, Valparaíso, Concepción y Antofagasta; agregando qué los hechos incluían un autogolpe para mediados de septiembre priorizando las festividades patrias. 

Esta herramienta es discordante con lo que señalaba La Tercera el 17 de septiembre: ´´Según nuestro informante, las Fuerzas Armadas han comprobado que el plan de los marxistas era eliminar a los altos Jefes de las Fuerzas Armadas. A los generales se les iba a asesinar donde estuvieran".

Se agrega que ´´este autogolpe se haría con equipos terroristas y paramilitares escogidos en todo el país, y en especial en Santiago. El más organizado de los equipos era, naturalmente, el GAP, dispositivo de seguridad del propio presidente Allende...''

Para efectos de dicha operación, ´´se acumuló una inmensa cantidad de armamento, guardado en lugares difíciles de pesquisar (como el Palacio de la Moneda y la residencia presidencial de Tomás Moro)''. Para los objetivos de la formación de este virtual ejercito paralelo, se dice que ´´el adiestramiento de los contingentes se hacía en diversas escuelas de guerrillas, para lo que es menester, ´´expertos en guerrillas que vinieron de todas partes del mundo; y en especial, de Cuba, Brasil, Argentina, etc, reclutados entre los terroristas de esos países. Se calcula que su número oscilaba entre los diez mil y los trece mil''.

Lo segundo y lo más categórico del Plan Z es que tenía como elemento central subvertir la marinería, y que para esos objetivos se habrían reunido tropas de marinos con Miguel Enríquez, Secretario General del MIR; el Senador Carlos Altamirano, Secretario General del PS; y el diputado Oscar Guillermo Garretón; o sea, la misma justicia acreditó que una de las piezas claves del Plan Z no fue cierta.

Finalizando, se sostiene que para evitar los efectos del autogolpe, las Fuerzas Armadas intervinieron; es decir, y según la propia dictadura, el Plan Z fue la justificación inmediata del Golpe de Estado. 


Una excusa para eliminar a la oposición política y social. 

Al poco tiempo, esta operación de Guerra Psicológica se transformó en una verdad oficial que permitió movilizar la maquinaria represiva en todo el país.

En general, en todas las localidades en la que durante los últimos meses hubo ejecuciones sumarias existió una versión local del Plan Z, como una forma de justificar el odio tenaz y por consiguiente las ejecuciones contra los militantes de los partidos de la Unidad Popular.

El Plan Z no solo fue útil para instalar en la opinión pública la necesidad de la campaña de guerra antisubversiva en curso, sino que también para darles unidad de acción a las propias filas militares. 


Las Comisiones sobre Derechos Humanos.   

Las distorsiones de parte de la prensa oficialista y de la Junta Militar fue parte de la campañas de Guerra Psicológica. Así lo reconoce el Informe de la Comisión Nacional de Verdad y Reconciliación, mejor conocido como Comisión Rettig en su Tomo I, página 124:

´´Cooperó el ambiente de venganza política, y las muertes indicadas en los dos acápites anteriores, la profusa difusión del llamado Plan Z del cuál la opinión pública sólo conoció un facsímil publicado en el Libro Blanco del cambio de gobierno, el año 1973. El documento reproducido allí es general, no específico ni detallado; no parece-por lo menos a los ojos de hoy día- realista ni fácilmente realizable; se refiere solo a Santiago y no hay mayor información sobre su autor o autores, ni sobre el grado de avance en materializarlo. Sin embargo, el Plan Z por la vía del rumor y de la noticia intencionada se convirtió en una minuciosa lista de personas opositoras a la Unidad Popular, que debían ser eliminadas, con variantes regionales y locales, y nuevas nominas de esas personas...Se alimentó así una justificación interna de matar, o permitir o por lo menos condonar la muerte del adversario, atribuyéndole iguales intenciones'' 

Estos hechos son también reconocidos por el Informe de la Comisión Nacional sobre Prisión Política y Tortura, más conocido como Comisión Valech, en su página 163 plantea:

´´Los esfuerzos de propaganda del régimen buscaron crear- con el apoyo de los medios de comunicación partidarios, que amplificaban la versión oficial de los hechos- un clima de opinión favorable a la aplicación de acciones punitiva. El Plan Z destacaba entre los alarmantes hallazgos consignados en el Libro Blanco del Cambio de Gobierno en Chile, obra redactada para suscitar apoyo emocional al golpe militar y sus consecuencia. Este libro, cuyas revelaciones nunca han podido ser validadas empíricamente, presentaba al pronunciamiento militar como la oportuna y justa reacción ante el inminente golpe de la Unidad Popular. La parte más siniestra de dicho operativo era el exterminio simultaneo, en todo el país, de los Altos Oficiales de las Fuerzas Armadas y de Carabineros, así como de dirigentes políticos y gremiales opositores...Debe consignarse que el Libro Blanco serviría como prueba inculpatoria en procesos llevados a cabo por tribunales militares, lo que constituía una violación a las normas imperantes de admisibilidad de los medios de prueba''.


En síntesis fue el mito fundacional de la dictadura y una acción de propaganda. Fue la gran justificación del golpe de Estado de 1973 que derrocó al socialista Salvador Allende.


Hoy existe un consenso generalizado de que las Fuerzas Armadas consiguieron el control del país el mismo 11 de septiembre sin problemas. La escasa resistencia fue dispersa y no había posibilidades de desarrollar una guerra convencional. Entonces, ¿Cómo justificar la violencia con que se actuó para el golpe de Estado en contra del Palacio de la Moneda, las autoridades y colaboradores? ¿Cómo justificar la guerra de exterminio contra los civiles desarmados de la Unidad Popular?.

Este ficticio plan consistía en que agentes del MIR, guerrilleros cubanos y los socialistas elenos tenían concertado una conspiración en contra de la oficialidad de las Fuerzas Armadas y civiles de clase alta que serían fusilados el mismo día de la Parada Militar, el 19 de septiembre de 1973. Así implantarían un Estado socialista. En otras palabras sería un autogolpe de Estado encabezado por Allende o Carlos Altamirano. Al final todo fue un pretexto para sepultar las ideas de Salvador Allende, razón para que muchos en Chile pensaran que estaba bien matar a miles de personas por que ´´eran ellos o nosotros''.  La misma Cía, Merino y Wilgobhy han reconocido que el Plan Z nunca existió.

   


3 comentarios:

  1. Muchas gracias. Yo tenía 9 años para el golpe. Escuché del Plan Z y de El libro blanco. Su texto me sirvió para aclara una parte de mi historia y la de todos. Lástima que a la gente no le interese informarse y sigan votando por gentuza que descaradamente usan la misma boca para mencionar a Dios y mentir.

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    1. Gracias por tu comentario Emilio. Te invito a leer las otras publicaciones del blog. Saludos.

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  2. Hola 👋 Emilio. Gracias por tu comentario. Increíblemente la historia rima y pasó algo similar para el estallido social del 2019 culpando a la inteligencia cubana y venezolana de impulsar la revuelta.

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