Donald Trump cuando empezó a
candidatearse para ser el primer inquilino del mundo, tuvo (y sigue teniendo)
una retórica muy incendiaria contra los inmigrantes en general -especialmente
contra los musulmanes y latinos- llevando a cabo medidas en deportar a los
indocumentados y construir (o mejor dicho seguir construyendo) un muro
fronterizo con México, subir los impuestos a empresas (a tenido mayor impacto
el sector automotriz) que quieran producir en otro país y por último salirse
del acuerdo multilateral TPP han demostrado una política de proteccionismo
comercial, e incluso cultural, que algunos politólogos le han llamado
nacionalismo económico. Si consideramos que la sociedad norteamericana- en
ciertos sectores- ha sido racista y xenófobo contra todo ser humano que no sea
´´blanco’’ materializado desde el siglo XIX en la agrupación del Ku Klux Klan que consideran
al extranjero y al ´´no blanco’’ como un ´´chivo expiatorio’’ que degrada los
valores patrióticos de los Estados Unidos de América. Entonces podríamos decir
que Trump es un populista de índole nacionalista que desafía el proceso de
globalización. Eso si hay que destacar que Trump no es solo populista en el
sentido nacionalista, sino que también en el sentido punitivo bajo un discurso
marcadamente anti-inmigrante tratándolos de violadores y criminales. Lo otro es
la promesa de más empleos para el país y de culpar a la China Popular de la
´´decadencia comercial’’ de EE.UU. Todas estas medidas tiene cierto arraigo
popular.
También es importante considerar
que Trump es un magnate inmobiliario, que no es un político tradicional, que
tiene un discurso anti-establishment culpando a los ´´políticos’’ de hablar
mucho y de actuar poco….es verdad, Trump está cumpliendo sus promesas
electorales, eso sí firmando decretos presidenciales bajo un estilo muy
personalista, algo inédito en la historia de los Estados Unidos por el histórico equilibrio de poderes de las instituciones. Sin embargo, esta semana un juez de la Corte de Apelaciones de los EE.UU anuló el decreto presidencial de Trump de limitar-temporalmente- el ingreso ciudadanos de 7 país de mayoría musulmana y de refugiados. Esta es una resolución que atenúa sus afanes populistas de imponerse como líder personalista.
Bajo la consigna, ´´Estados Unidos primero’’ seguirá firmando decretos polémicos, que
en cierto modo -y guardando las proporciones- nos hace recordar la consigna nacionalista de Adolf Hitler que
decía ''Deutschland uber alles'' que significa ´´Alemania por sobre todo’’. Ahora solo falta esperar que Trump, respete el ´´estado de derecho'' y que sea más pragmático y menos demagogo.
Rodrigo Bustos. Historiador de la Academia de Humanismo Cristiano.
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