La reciente
muerte del banquero norteamericano David Rockefeller obliga a rastrear la
huella económica e ideológica de la familia Rockefeller sobre todo durante el
siglo XX.
El análisis
resulta indispensable sobre todo en este momento de la historia, cuando muchos
partidarios de lo que se conoce como “democracia con separación de poderes” se
ponen a la defensiva y contraen su matriz de opinión para defender el sistema
de estado de derecho para situarlo por sobre el bien y el mal, para proceder a
lavarle el rostro de extremismo tanto de izquierda como de derecha, táctica que
la burocracia autoritaria[1] estrenó con éxito desde los noventa.
Sin embargo hay
una gran cantidad de hechos comprobados que ya ni siquiera los grandes partidarios
del RBA[2] son capaces de desmentir; la evidente
relación de John Rockefeller, fundador de la standard oil, pero sobre todo y
más decisivamente del Chase Bank, con varios “gobiernos totalitarios” como el
régimen nazi.
Esta relación
cada vez más evidente conforme avanza la investigación historiográfica, no
deber ser considerada solo como una fecha, sino más bien como un hito, ya que
es a partir de este que se puede individualizar y hacer inteligible e
identificable un proceso en el que la familia Rockefeller ha estado
involucrada, principalmente en el ámbito financiero pero también en el
político-ideológico, ya que es durante el fin de la Segunda Guerra Mundial y
hasta agosto de 1971[3] que tiene lugar el proceso mediante el
cual se comienza a reemplazar la tan cacareada sociedad libre y el libre
mercado por un estado autoritario dominado por la banca y poderes económicos
que traspasaran largamente la figura del monopolio, para llegar a convertirse
al día de hoy en un nuevo estado feudal mundial, donde cuesta identificar
alguna propiedad de carácter verdaderamente privado-(Goig, Kaiser)[4]-
proceso que se ha comenzado a investigar profusamente sobre todo en los últimos
cinco años.
Más allá de la
influencia del recientemente fallecido David Rockefeller, la influencia de su familia en su totalidad es innegable, incluso en hechos e hitos
históricos aparentemente inconexos.
En efecto no son
aparentemente conectables la primera reunión de los grupos bilderberg en mayo
de 1954, con la fundación de la Mont Pellerin Society en 1947, y la creación de
la CIA, también en ese año que reemplazo a la antigua oficina de asuntos
estratégicos OSS, con el final de la Segunda Guerra Mundial.
Pero la conexión
de los Rockefeller con estos hechos aparentemente inconexos, así como con
figuras políticas e intelectuales son decisivas en estos eventos, es ya a estas
alturas evidente. Más allá de lo que dicen varios defensores a cerca de las
aparentes denuncias de la comisión Rockefeller contra el programa MK-ULTRA
llevado a cabo por la CIA lo cierto es que hay que concluir que este episodio
sería solo parte del juego de simulación.
Existen varios
vínculos que son generales y de carácter público de la democracia con
separación de poderes y su colaboración con el régimen nazi desde la
condecoración por parte de Adolf Hitler a Henry Ford y la ayuda de este último
financiera y militarmente al régimen, la colaboración consiente de Hugo Boss y
los grandes empresarios de la moda, la ayuda de la familia Bush financieramente[5],
así como dos ayudas estratégicas; la ayuda de los magnates del acero como
August Thyssen y la más importante: la colaboración financiera de los
Rockefeller a los programas de eugenesia, que desde el siglo XIX en adelante se
trasformaron en la columna vertebral tanto científica como teórica del
supremacismo blanco y el elitismo. Así mismo la imposibilidad de las democracia
occidentales de divorciarse de los Estados que proclamaban la superioridad de
raza institucional, queda de manifiesto con su apoyo durante la Guerra Fría al
régimen sudafricano del apartheid y la irrupción de la Escuela de las Américas
y la “doctrina del enemigo interno” en América latina cuyos métodos de
represión y tortura están inspirados en un alto porcentaje por los aplicados
durante el régimen nazi.
El análisis del
comportamiento de las élites durante la Segunda Guerra Mundial, es clave si se
trata de analizar su influencia en este continente y en el mundo, ya que
persiste en la opinión pública y el campo de los especialistas, la tesis,
excesivamente mecánica y simplista, de la supuesta rectificación ideológica de
las élites financieras e intelectuales a partir de Mont Pellerin[6],
alineadas desde esa fecha con la ideología neoliberal y sus pretendida vocación
libertaria dada por la capacidad del ciudadano para elegir como consumidor
dentro del libre mercado, más aún todo esto sosteniendo la tesis de que este
modelo no se reduce solo a las variables económicas, posee una capacidad
holística y por lo tanto es capaz de configurar y reconfigurar socio-culturalmente
el mundo.
Uno de los
grandes mitos que persisten de la primera reunión de la Mont Pellerin Society,
es la congregación de varios intelectuales del mundo académico y político que
tenían el propósito de adoptar como política para el mundo la ideología
neoliberal para combatir tanto al proyecto keynesiano como a las economías de
plan central del bloque soviético.
La primera
reunión de Mont Pellerin fue tal vez una de las más trascendentales del siglo
XX, para el tema que nos atañe por dos razones:
1)-La influencia
y el financiamiento de varios banqueros influyentes entre ellos los Rockefeller
y 2)-la conexión autoritaria de la ideología neoliberal.
Además fue clave
en esta reunión la presencia de varios intelectuales como Karl Popper, uno de los
filósofos más influyentes del siglo XX, Friedrich Von Hayek, quien a principios
del siglo XX, tuvo una breve estadía en el socialismo fabiano, pero que luego
sería autor de “la historia de la servidumbre”, libro que además serviría de
manifiesto para esta reunión. Así mismo también estuvieron presentes varios de
los principales teóricos de la reducción del Estado como Gary Becker, James
Buchanan y Milton Friedmann; este último después de esta reunión sería
degradado del estatus de intelectual al de técnico, encargado desde posiciones
académicas y políticas a procurar la implantación del modelo neoclásico.
Ante esta
propuesta teórica y política de plantar batalla al Estado y extensión muchos
representantes del así llamado “mundo libre” se sintieron interpelados.
La razón era la
gigantesca interlocución que generaba la temática neoliberal en la democracia
representativa y sus partidarios la cual podía resumirse, según Hayek y Popper
en cuatro puntos.
1)-La reducción
del radio de acción del Estado, cuya extensión en el área económica era vista
como sinónimo de tiranía y generalización de una burocracia gigantesca.
2)-Su tesis
sobre el valor irreductible del individuo y su libertad, ante la intromisión
del Estado, y el mercado como el único mecanismo capaz de independizar al
ciudadano de la acción político-gobernativa.
3)-La separación
entre lo político y lo económico y la tesis de que el individuo juzgaba y
orientaba la economía con sus decisiones liberándolo del totalitarismo estatal.
Así mismo los mecanismos del mercado coincidían con el fundamento
epistemológico que sostiene que el conocimiento humano es siempre fragmentado y
por lo tanto conocimiento y economía se basan en la obra parcial de ensayo y
error de millones de individuos.
4)-Las opciones
individuales se oponían a las verdades universales como las que perseguían las
tesis de Marx. Karl Popper sostenía que el hombre tenía necesidad de esperanza
no de certeza, en otras palabras la sociedad no tenía que ser moldeada como un
alfarero moldea un jarrón, sino más bien la estilo del jardinero, que genera
las condiciones para que un jardín prospere. La idea de una historia regida por
leyes universales no era viable, ya que el proceso histórico podía ser leído de
múltiples maneras, así como era susceptible de atribuir protagonismo a
distintos agentes.
Pero así como en
ese entonces, en el siglo XX, podía hablarse de ´´socialismos reales'', también
podía hablarse de ''neoliberalismos reales''.
El propio Karl
Popper, reconocía, ya avanzado el siglo pasado, que el Estado era omnipresente
y que esa característica el mercado no la podía eliminar; el Estado al auto
reducir su tamaño e incurrir en la venta de un determinado número de empresas
al sector privado estaba emprendiendo una acción; por lo tanto al no intervenir
en el área del mercado, en el fondo estaba de todas maneras interviniendo por
omisión, de la misma manera que un cirujano para reducir la movilidad de un
paciente enfermo de gangrena, debía incurrir en la acción de amputar un miembro
para salvarle la vida.
En la práctica
los partidarios del neoliberalismo y sus técnicos incurrirían en una revolución
al estilo jacobino, y al igual que las tesis del leninismo ortodoxo ocuparían
el Estado, tomarían todos sus resortes de poder e instalarían lo que para ellos
era “la verdad científica de la historia”, peligrosamente lindante con las
tesis del marxismo ortodoxo.
Tullock, uno de
los alumnos aventajados de Buchanan, afirmaba sin ambages que cualquier régimen
político era un subproducto de la economía de mercado, así cuando la democracia
llevara al poder a una coalición política que persiguiera reformar a la economía
ampliando el radio de acción asistencialista del Estado-(sobre todo en casos de
proyección revolucionaria)-, estaba permitido suspender la democracia y sus
garantías para reinstalar el monetarismo.
Así los
intelectuales de la Mont Pelerin Society reconocían que el mercado solo podía
garantizar sus mecanismos en un estado autoritario, ya fuera este bajo estado
de excepción o bajo una democracia procedimental de baja intensidad; el capital
tiene pocos propietarios, los dueños del gran capital constituyen una minoría,
la inmensa mayoría de los ciudadanos está obligada a venderle su fuerza de
trabajo; el principio de mayoría, es por naturaleza casi endógena opuesta a los
poderosos económicamente, derivados de la concentración del capital.
Fue de esta
manera que la tesis de los intelectuales de Mont Pellerin llegó a la conclusión
de que el mercado solo podía darse por medios autoritarios y con una democracia
limitada contradiciendo la tesis filosófica-genérica de su capacidad como único
mecanismo para luchas contra las vocaciones totalitarias.
Bajo esta tesis
se procedió en el cono sur y otros rincones del mundo a la validación de los
golpes de Estado tanto blandos como cruentos.
En conclusión y
contrario a lo que podría pensarse la idea de instalar el mercado por medios
autoritarios no surge de la nada, sino en los laboratorios de la democracia con
separación de poderes. Es en las democracias occidentales donde el modelo
económico que se va a instalar y el sector de la población que se va a reprimir
bajo el estado de excepción para instalarlo encuentran sustento técnico y
teórico.
Y esto es así
porque las élites económicas del “mundo libre” específicamente la banca, mucho
antes de 1945, mucho antes de la re conceptualización teórica del
neoliberalismo ya tenían una vasta experiencia en auspiciar gobiernos tiránicos
de los más variados signos, la revolución neoliberal no fue ni en Chile ni el
mundo un proceso enteramente nuevo, tanto en lo económico, como en lo político
y militar tuvo un componente de tradición colindante con los regímenes como el
fascista-franquista de España o el régimen nazi de Hitler, así como la
experiencia acumulada de los métodos de represión del colonialismo llevado a
cabo por occidente a finales del siglo XIX y principios del siglo XX.
Claudio Palma
Araya. Historiador de la Academia de Humanismo Cristiano.
[1] Término empleado por Guillermo O’donnell en ensayos sobre
autoritarismo y democratización (1997).
[2] Régimen burocrático autoritario
[3] Richard Nixon cancela en forma unilateral la convertibilidad del dólar
de Estados unidos para el oro.
[4] Jose manuel goig y Max káiser realizan en sus blogs los intentos más
serios hasta la fecha por re conceptualizar el régimen mundial actual y
reemplazar los conceptos democracia y libre mercado, por estado autoritario neo
feudal.
[5]Webster Tarpley, “George Bush, The unauthorized biography”
[6] Alejandro Grimson, “cultura y neoliberalismo”.