La doctrina del shock es una denominación relativamente nueva en los círculos académicos y que fue acuñado por la periodista canadiense Naomi Klein en el cual ha puesto su teoría a través de un libro y un documental y que consiste en que las políticas económicas del Premio Nobel Milton Friedman (1912-2006) y de la Escuela de Economía de Chicago han alcanzado relevancia en naciones con modelos de libre mercado no porque fuesen populares sino porque a través de impactos en la psicología de masas a partir de desastres o contingencias, han provocando que, ante la conmoción y confusión social se puedan hacer reformas impopulares. Se supone que algunas de estas perturbaciones como el golpe de Estado de 1973 en Chile, la Guerra de las Malvinas, el atentado a las Torres Gemelas el 2001 o el Tsunami del 2004 en el Sudeste Asiático pudieron haber sido aprovechadas con el propósito de forzar la legitimidad de una serie de reformas económicas radicales de corte neoliberal.
La doctrina de choque económico se ha aplicado alrededor del mundo en los últimos 40 años, desde Sudamérica en la década de los setenta hasta Nueva Orleans después del huracán Katrina. Su trasfondo es el capitalismo del desastre consistente en que este modelo económico se alimenta de los desastres naturales, del terror y de la guerra para así mantener su supremacía a nivel mundial.
Naomi Klein postula dos temas principales de su doctrina, el primero consiste en que los profesionales de la doctrina de choque tienden a buscar una imagen en blanco en el cual puedan construir su ideal de crear economías de libre mercado, en el que violentamente requiere una violenta desaparición del orden económico preexistente y, segundo, ve similitudes entre la crisis económica y la doctrina de la terapia de choque que es un método psiquiátrico donde se aplicaron choques eléctricos a los pacientes con enfermedades mentales que fueron financiados por la CIA en la década de 1950.
En conclusión la doctrina del shock pone al descubierto el lado más siniestro de la ideología neoliberal de Friedman, tan impopular que solo pudo imponerse por la fuerza a través de la guerra sucia, la tortura y los desastres naturales.
La doctrina de choque económico se ha aplicado alrededor del mundo en los últimos 40 años, desde Sudamérica en la década de los setenta hasta Nueva Orleans después del huracán Katrina. Su trasfondo es el capitalismo del desastre consistente en que este modelo económico se alimenta de los desastres naturales, del terror y de la guerra para así mantener su supremacía a nivel mundial.
Naomi Klein postula dos temas principales de su doctrina, el primero consiste en que los profesionales de la doctrina de choque tienden a buscar una imagen en blanco en el cual puedan construir su ideal de crear economías de libre mercado, en el que violentamente requiere una violenta desaparición del orden económico preexistente y, segundo, ve similitudes entre la crisis económica y la doctrina de la terapia de choque que es un método psiquiátrico donde se aplicaron choques eléctricos a los pacientes con enfermedades mentales que fueron financiados por la CIA en la década de 1950.
En conclusión la doctrina del shock pone al descubierto el lado más siniestro de la ideología neoliberal de Friedman, tan impopular que solo pudo imponerse por la fuerza a través de la guerra sucia, la tortura y los desastres naturales.
Rodrigo Bustos. Historiador de la Academia de Humanismo Cristiano. Chile.
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